ALIMENTACIÓN Y PREVENCIÓN DEL CÁNCER

El pasado 4 de febrero se celebró el Día Mundial del Cáncer, una fecha que nos recuerda la importancia de la prevención y de adoptar hábitos saludables en nuestra vida diaria. Aunque el día ya haya pasado, la reflexión sobre cómo cuidar nuestra salud sigue siendo crucial. Entre los factores clave para reducir el riesgo de esta enfermedad, la alimentación ocupa un lugar central.

Una dieta rica en alimentos de origen vegetal no solo mejora nuestra calidad de vida, sino que también juega un papel fundamental en la prevención de enfermedades crónicas como el cáncer. Como dietista-nutricionista, quiero compartir contigo cómo los alimentos que elegimos pueden marcar la diferencia en nuestra salud a largo plazo, respaldado siempre por la evidencia científica más actualizada.

El vínculo entre la dieta y el cáncer

La relación entre lo que comemos y el riesgo de desarrollar cáncer ha sido ampliamente estudiada. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF), una dieta basada principalmente en alimentos vegetales puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal, el de mama y el de próstata.

Esto se debe a que los alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos, son ricos en nutrientes esenciales, antioxidantes y compuestos bioactivos, que ayudan a proteger las células del daño oxidativo, la inflamación y otros procesos que pueden contribuir al desarrollo del cáncer.

Alimentos clave en la prevención del cáncer

Aunque no existe un "superalimento" que elimine por completo el riesgo de cáncer, hay ciertos alimentos vegetales que destacan por sus propiedades protectoras:

   1. Verduras crucíferas: Brócoli, coliflor, coles de Bruselas y repollo son ricos en glucosinolatos, compuestos que pueden ayudar a eliminar sustancias cancerígenas y proteger las células.

   2. Frutas y verduras ricas en antioxidantes: Los frutos rojos, como las moras, arándanos y frambuesas, contienen antioxidantes como los flavonoides, que combaten el daño celular. También las zanahorias, ricas en betacarotenos, y los cítricos, con su vitamina C, son fundamentales.

   3. Soja y productos derivados: Alimentos como el tofu, el tempeh y la leche de soja contienen isoflavonas, compuestos que imitan los efectos del estrógeno en el cuerpo y pueden ayudar a regular procesos hormonales. Estudios recientes han señalado que el consumo moderado de productos de soja podría reducir el riesgo de cáncer de mama y próstata.

   4. Cereales integrales y legumbres: Al ser ricos en fibra, ayudan a regular la salud intestinal, lo que está relacionado con un menor riesgo de cáncer colorrectal.

   5. Especias: La cúrcuma, gracias a su compuesto activo curcumina, y el jengibre tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ser beneficiosas en la prevención.

   6. Frutos secos y semillas: Contienen grasas saludables, antioxidantes y micronutrientes como el selenio, que contribuyen al mantenimiento de células sanas.

El papel de la soja en una dieta preventiva

Los productos de soja han sido objeto de numerosos estudios por su potencial papel en la prevención del cáncer, especialmente aquellos relacionados con las hormonas, como el de mama y el de próstata. Las isoflavonas presentes en la soja actúan como fitoestrógenos, ayudando a equilibrar los niveles hormonales en el cuerpo y ofreciendo un efecto protector.

Contrario a mitos extendidos, el consumo moderado de soja no aumenta el riesgo de cáncer. De hecho, la evidencia científica respalda que es seguro y beneficioso como parte de una dieta equilibrada.

El enfoque en un estilo de vida integral

Aunque la alimentación es crucial, no debemos olvidar que la prevención del cáncer es multifactorial. Mantener un peso o composición corporal saludable, realizar actividad física regular, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, y gestionar el estrés también son pilares esenciales para reducir el riesgo.

Además, planificar una dieta rica en alimentos de origen vegetal, como los mencionados, no solo mejora nuestra salud física, sino que también favorece un mayor bienestar emocional al saber que estamos cuidando nuestro cuerpo de forma integral.

Conclusión

Recuerda que cada elección alimentaria puede ser una oportunidad para proteger tu salud. Apostar por una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y productos como la soja no solo es un gesto hacia la prevención del cáncer, sino también una inversión en una vida más saludable y equilibrada.

Cuidarnos no es un acto de perfección, sino de constancia. Introducir más alimentos vegetales en nuestra dieta es un pequeño cambio que puede tener un gran impacto en nuestra salud y en el futuro de las generaciones por venir.

Escrito por Sara Martínez, Nutricionista Clínica y Deportiva, Tecnóloga de los Alimentos www.saramaesnutricion.com

@lanutricion_insta

Febrero, 2025

Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia en nuestro sitio web. Al hacer clic en "Aceptar todo", aceptas el uso de todas las cookies. Más información.